Crucé un banquero que soñaba de yate y me enseño a contar.
Crucé un pintor que soñaba de fama y me enseño a ver.
Crucé un futbolista que soñaba de copas y me enseño a correr.
Crucé un ingeniero que soñaba de ascenso y me enseño a analizar.
Crucé un vendedor que soñaba de Caraibes y me enseño a hablar.
Crucé un político que soñaba de poder y me enseño a manipular.
Crucé un periodista que soñaba de reconocimiento y me enseño a opinar.
Crucé un ocupa que soñaba de peace and love y me enseño a denunciar.
Entonces me encontre unos y supe que había aprendido mal.
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